Cóctel explosivo: Monedas virtuales y macroeconomía

La macroeconomía tal como la hemos entendido hasta ahora debería cumplir pronto unos 100 años. La pieza esencial de esta macroeconomía casi centenaria es el sistema de control de la actividad económica. Ese sistema de control ha estado durante todo este tiempo en unas únicas manos: los gobiernos, directamente y a través de los bancos centrales. Hace un tiempo escribí unos (largos y soporíferos) posts sobre este sistema de regulación de la economía. Los valientes los podéis consultar aquí:

Ahí os decía que la economía era como un coche. El conductor es el gobierno, que dispone de dos “palancas o pedales” para guiarlo:

  • El acelerador, para cuando la economía se ralentiza (paro)
  • El freno, para cuando la economía adquiere excesiva velocidad (inflación)

Cada palanca o pedal se activa mediante distintos “botones”, de dos tipos 1) Las medidas monetarias y 2) las medidas fiscales.

Entre las medidas fiscales, están los impuestos y el gasto público.

  • Un aumento de los impuestos frena la economía y al revés
  • Un aumento del gasto público (por ejemplo, para construir carreteras, universidades o centros de investigación) activa la economía y al revés.

Entre las medidas monetarias están las siguientes

  • el coeficiente bancario de caja (es la cantidad de dinero, medido como % de los depósitos que reciben, que los bancos deben mantener como activos líquidos),
  • el tipo de interés de descuento (es el % al cual el Banco Central de turno presta dinero a sus bancos).
  • la emisión de moneda
  • la devaluación de la moneda.

Por ejemplo:

  • Si aumenta el coeficiente de caja los bancos podrán prestar menos dinero y la economía frena. Y al revés.
  • Si el tipo de interés de descuento baja, los bancos se endeudan más para después prestar dinero al mercado y por tanto la economía se acelera. Y al revés.
  • La emisión de dinero actúa también como un dinamizador. Cuando el banco central introduce más dinero en la economía, esta se ve acelerada.
  • Usada en casos extremos y como última opción, la devaluación o revaluación de la moneda reequilibra la economía en el contexto internacional.

No todos los instrumentos actúan proporcionalmente igual. Por ejemplo, un aumento del gasto público tiene un mayor efecto sobre la economía que una reducción de impuestos por el mismo importe (hay políticos que parecen no saber esto)

¿Qué ocurrió en España (y en los otros países europeos) cuando se integró en Europa? Pues que perdió (casi todas) sus capacidades de guiar la economía: No hay peseta. Pues no puede devaluarse la peseta. No se pueden emitir euros desde el Banco de España, por supuesto. No se pueden cambiar el tipo de interés, etc. etc. Lo único que puede hacerse es incidir en los impuestos y en el gasto público. Pero muy poco en ambos, ya que Europa limita el déficit (en dos días de adoptar la medida llegarían los hombres de negro). En definitiva, hoy los países europeos ya no son los conductores del coche de la economía. Ahora es el Banco Central Europeo. Es decir, Europa. Lo mismo pasa en Estados Unidos. Sus estados tienen poco margen para conducir la economía. El conductor de la economía americana es la FED.

Pero… ahora se da un hecho relevante que puede motivar que tanto la FED como el Banco Central Europeo pierdan su posición de conductores de la economía. Las MONEDAS VIRTUALES aparecen como un medio de pago aceptado por la gente. Y es un medio que no puede ser “controlado” por esos Bancos Centrales (no pueden emitir moneda, no pueden definir tipos de interés, no pueden utilizar los bancos para decidir prestar más o menos dinero….). Los gobiernos y los bancos centrales están realmente asustados: ¿van a perder su puesto de conductores de la economía? Últimamente he visto algunos artículos en un medio local “muy del sistema” que evidencian esa preocupación:

Una moneda como Libra (y todas las demás monedas virtuales), en función de su aceptación (y de su resistencia a los enormes ataques que sin duda continuará recibiendo), sin duda matará a los bancos centrales y a la macroeconomía tal como la hemos conocido en los últimos casi 100 años. Y, ¿sabéis qué? Intuyo que eso no va a ser malo.

NOTA: Si queréis tener un punto de vista más profundo sobre este tema, os recomiendo este libro: El patrón Bitcoin: La alternativa descentralizada a los bancos centrales

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