Macroeconomía y virus

En este post, quiero analizar -muy brevemente y de manera superficial- el impacto económico del coronavirus Covid-19. Allá voy. En lo sanitario, parece que vamos a una situación de un ciclo en el que se alternarán tiempos de confinamientos y períodos de intento de recuperar la normalidad. Pero que, al resurgir el virus, deberán ser de nuevo alternados con otros períodos de confinamiento. Es lo que alguien ha definido como el martillo y el baile.

Debo decir que circulan otros gráficos que sugieren que el baile será mucho menos suave que lo que denota el anterior.

¿Hasta cuándo habrá baile? Pues, hasta que se encuentre la vacuna. Hace un par de días leíamos un interesante artículo de Verónica García dónde nos exponía que hay, ahora mismo, en todo el mundo, 52 desarrollos de posibles vacunas contra el coronavirus. No todas están en el mismo estadio de desarrollo. En concreto, tres de ellas están cerca de la última fase -la de pruebas en humanos- propia de estos compuestos. El resto siguen en fase preclínica, todavía lejos de la meta. Dentro de ese gran grupo se encuentran los proyectos que se desarrollan en España. Veremos quién llega antes. No nos importa mucho. Lo que importa es que llegue y lo haga pronto. En cualquier caso, creo que todavía queda entre un año y 20 meses antes de llegar a esa meta.

Impacto ya evidente en lo económico

Ya ha habido algunos análisis sobre el impacto de la crisis en lo económico. Las siguientes gráficas muestran evidencias.

¿Qué pueden hacer las autoridades?

La OECD acaba de publicar un documento en el que sugiere que el impacto en el PIB mundial será de un 1,5% en 2020. Pero evidentemente no estará concentrado por igual en todos los países. Los más afectados (inicialmente China) tendrán un impacto superior.

La enfermedad tendrá unos efectos deflacionarios. Los precios pueden reducirse un 0,6% como media en las economías de la OCDE durante 2020.

A pesar de que los costes de endeudamiento de los gobiernos serán más bajos que nunca, las medidas de política económica tendrán un efecto en los déficits públicos, que aumentarán. En las economías avanzadas, ese aumento será de un 0,5% como media en 2020.

Los países más afectados deberán dedicar esfuerzos económicos adicionales a la prevención de la propagación de la epidemia. Por ejemplo, grandes campañas de detección y protección del personal sanitario y también de todos los trabajadores en general. Por otra parte, serán necesarias amplias medidas monetarias y fiscales para reactivar la economía. El informe recomienda también las medidas de gasto público, además de las monetarias. Por supuesto, también reformas estructurales, para aumentar la competencia (en toda crisis se pide lo mismo, no es ninguna sorpresa).

Finalmente, el informe recuerda la necesidad de una cooperación entre países a la hora de concretar esas políticas. La acción conjunta es necesaria. Calculan un coste medio de esas medidas del 0,5% del PIB en todos los países durante tres años. Pero, servirían para hacer crecer ese PIB en un 0,75% el primer año y un 1.25% el segundo.

Pero, realizar previsiones es muy complicado (no quiero hacer el chiste ese de que aún es más complicado si son previsiones de futuro). Hoy mismo, Rafael Doménech, jefe de análisis económico de BBVA Research, decía que “Realizar previsiones sobre los efectos del Covid-19 entraña una incertidumbre excesiva asociada a la duración del confinamiento, la intensidad con la que afectará a la economía, la gradualidad en el levantamiento de las restricciones, la probabilidad de un rebrote en el próximo otoño, el tiempo para desarrollar una vacuna, y la efectividad de las políticas adoptadas en España y el resto del mundo”.

Algunas voces han sugerido que el impacto de la situación en el PIB puede ser, en algunos países muy afectados como España, superior al 10%. Me atrevo a aventurar que no habrá temporada turística de verano. El impacto del Covid-19 en el sector del turismo está tanto en el lado de la oferta como en el de la demanda.  En un informe reciente, la World Tourism Organization (UNWTO) dice que aún es pronto para hacer estimaciones. Pero avanza que en 2020 las llegadas de turistas internacionales a nivel mundial podrían disminuir entre un 20 y un 30%, cuando a principios de enero de 2020 se pronosticaba un crecimiento de un 3% o 4%. Esto podría traducirse en una pérdida de unos 50.000 millones de dólares en gastos de visitantes internacionales.

El turismo aporta más del 12% al PIB español y más 13% del empleo del país. Son más de 150.000 millones y 2,7 millones de empleos. Creo que ya hoy podemos intuir que los viajeros internacionales que visitarán España en 2020 quedarán muy lejos de los 84 millones que visitaron el país en 2019. El impacto que tendrá la falta o reducción substancial de esa tradicional entrada de fondos a nuestra economía será enorme.

Conclusión

Tenemos claro que Covid-19 afectará enormemente a la economía española. La falta de actividad hará disminuir el PIB y los ingresos del Estado. Pero ese Estado deberá gastar más: A las medidas ya implantadas ahora, deberán añadirse muchas otras, tanto de gasto público como monetarias. El resultado será déficit y necesidad de endeudamiento.

España e Italia tratarán de colectivizar el esfuerzo a nivel europeo, pidiendo los llamados eurobonos o coronabonos. Pero, “Europa”, de nuevo, como hace 10 años, tendrá dos visiones: las de los que estarán de acuerdo con esa colectivización y los que considerarán que cada país debe asumir sus esfuerzos. Hemos visto, hace poco, las declaraciones del ministro de Finanzas holandés, en las que pedía que Europa investigara el motivo por el qué países como España no tenían, después de tiempos de bonanza, una situación fiscal más holgada ante la crisis del coronavirus.

En cualquier caso, ha habido rectificaciones. El vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, decía, respecto a los eurobonos, que la UE está abierta a todas las opciones. Ahora, Europa ha decidido actuar mediante el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), la Comisión Europea y el Banco de Inversiones. Pero esa actuación -de momento- no será rápida ni de gran impacto. Además, las condiciones serán duras, por la influencia de Austria y Holanda. Mucho me temo que se repetirá el escenario configurado en 2008: presiones para tener una economía más desregularizada (también en lo laboral), exigencias de reducción del sector público, etc. Podremos ver de nuevo a los hombres de negro.

España deberá actuar en dos frentes: 1) Potenciar la economía para generar más ingresos (para lo que necesitará realizar gasto público) (y como decía, exigencia de desregulación de la economía como la gran solución, mal le pese a Pablo Iglesias) y simultáneamente, 2) Reducir el gasto público. ¿Dónde se podrá reducir ese gasto? No se podrá en prestaciones sociales ni tampoco en sanidad. Todo lo demás deberá ajustarse. Será una gran desgracia, pero creo que la Ciencia en este país volverá a resentirse. No existe suficiente presión social para defender este aspecto clave de nuestra sociedad y al gobierno no le cuadrarán los números. En lo político, surgirán voces cuestionando autonomías y distintas administraciones territoriales…. Espero equivocarme pero creo que todo lo malo se repite.

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