¿Qué nos enseña el caso de Jack Andraka?

Os cuento el caso de Jack Andraka. Cuando ese chaval tenía catorce años, una persona próxima a él murió de cáncer de páncreas. Impactado, el joven, con grandes dosis de pasión, fuerza e ingenuidad, se propuso curar la enfermedad.

Y empezó a buscar por Internet. Horas y horas delante de la pantalla. Fue aprendiendo. Vio que el de páncreas es un tipo de cáncer de difícil cura y se dio cuenta de que el diagnóstico muy temprano es clave para luchar contra la enfermedad. Leyó artículos científicos -esos que están en bases de datos de manera abierta- y ligó cabos.

En las publicaciones aparecía constantemente la mesotelina, una proteína humana que en las células cancerosas se encuentra en una cantidad mayor que en las células sanas. Se preguntó si un análisis del nivel de esa proteína no sería útil para detectar el cáncer. Escribió a centenares de universidades, centros de investigación y laboratorios proponiendo investigar sobre el tema.

Solo respondió el eminente científico Anirban Maitra de Universidad Johns Hopkins. Juntos desarrollaron un método, basado en análisis de sangre y de orina, y un protocolo de detección del cáncer de páncreas. Posteriormente, Jack recibió el Premio Gordan E. Moore de Intel por su invención. Tenía 15 años. ¡Increible!

Pero, para lo que quiero ilustrar aquí, no considero relevante ese método (el cuál, por cierto, ha recibido algunas críticas científicas posteriores).

Lo que considero asombroso es que un adolescente fuese capaz de navegar por internet, aprender, buscar la información adecuada, relacionarla y sacar conclusiones. Y con todo ello, sugerir un nuevo enfoque. Unos pocos años antes, no hubiese podido hacer lo mismo. Hubiese necesitado años y años en clases y bibliotecas universitarias antes de llegar a esa conclusión.

Internet ha permitido algo de lo que se ha hablado poco. Por esa facilidad en el acceso a toda la información, ahora la humanidad saca mucho más jugo a las mentes de cada persona durante el tiempo en que están vivas. La productividad de las mentes humanas ha aumentado enormemente.

Internet traslada toda la información del mundo a una pantalla. El gran reto es saber navegar por ese gran magma, detectar lo relevante, relacionarlo y obtener una conclusión. Y con ello, crear algo. Eso es lo que ilustra el caso de Jack Andraka.