Debate Deep Tech, Foro de Empresas Innovadoras

Ayer estuve en Madrid. Asistí a la jornada siguiente.

La jornada fue organizada por el Foro de Empresas Innovadoras (FEI). El Foro, una asociación sin ánimo de lucro, se constituyó en 2006. Su objetivo es impulsar la cultura innovadora. Entre otras maneras, lo hace fomentando el debate y emitiendo opinión sobre determinados temas relevantes. En este caso, el tema era la Deep-tech, esa tecnología compleja y sofisticada, que frecuentemente encuentra su origen en la I+D y se canaliza a través de empresas científicas y tecnológicas.

El Foro FEI se constituyó con 14 miembros. Pero actualmente son ya 33. Mirando la lista, encuentro entre ellos a conocidos y viejos amigos y amigas: Paloma Domingo, Maria José Herrero, José Manuel Leceta, Gonzalo León, Paco Marín, Ezequiel Navarro, Juan Mulet, Ramon Torrecillas, Carmen Vela… Y ayer conocí a algunos más: Vanesa Blanch, Luis Guerra Peña, Silvia Lazcano, Gerardo Cortijo, Marta Gil de la Hoz, Rosa Siles, José Cándido Varela…

Tenéis la relación de miembros aquí. El Foro integra también empresas e instituciones: Airbus, Talgo, Ayming, la Fundación General del CSIC, Tecnalia… En definitiva, ¡un lujo de composición! Las opiniones de ese Foro deben ser necesariamente escuchadas por el ecosistema y por las autoridades.

En la jornada, celebrada en el Planetario de Madrid, hubo 3 mesas redondas: Salud, Sistemas Industriales y Energía. Además, dos ponencias: Asier Rufino, de Tecnalia Ventures, nos expuso la experiencia de ese venture builder, y yo mismo me referí al universo Deep Tech. En la segunda parte de este post os copio la ponencia que impartí.

Acabé la Jornada charlando con un buen amigo que ahora está en Madrid, en una responsabilidad de calado: Jordi Garcia Brustenga, director general de Estrategia Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa, en el Ministerio de Industria.

Agradezco a FEI su invitación. Fue un placer por mi parte asistir al evento y contribuir a la reflexión sobre la Deep Tech en España. Felicito al Foro por su labor y deseo que siempre encuentren los caminos que les permitan llegar a las autoridades y a la sociedad, ejerciendo una influencia que es muy necesaria.

Ponencia: El Universo Deep Tech Hoy.

Deep Tech, ¿de qué hablamos? Sintéticamente, de soluciones a problemas. Con la pandemia nos dimos cuenta de la relevancia que la Ciencia convertida en Tecnología tiene para la Humanidad. La tecnología (y una vacuna lo es) es el instrumento esencial para resolver los retos a los que nos enfrentamos. Pero hablo de tecnología sofisticada, elaborada. Una simple app no va a resolver un gran problema de la humanidad. La denominación Deep Tech la propuso SWATI CHATURVEDI (fundadora y CEO de Propel, una plataforma que conecta inversores con avances científicos y tecnológicos). Ella buscaba una palabra para resumir la idea de una tecnología sofisticada y disruptiva y….. (y éste es un elemento muy importante) que pudiese impactar positivamente en la sociedad.

Veamos algunos ejemplos de empresas deep tech

  • Hablaba de vacunas. Moderna es una empresa Deep Tech. Se fundó en 2010. Pero no partía de cero. La tecnología del ARN mensajero se empezó a trabajar, en el entorno investigador público, en los años 80 y 90.
  • La startup Grail, que quiere detectar rápidamente el cáncer, mediante un simple análisis de sangre
  • Freenome intenta también detectar el cáncer a través de la sangre, pero su enfoque se basa en el análisis de extensas bases de datos con técnicas de machine-learning.
  • En Israel, en 1999, el profesor Amnon Shashua de la Universidad de Jerusalen y Ziv Aviram fundaron Mobileye, para desarrollar sistemas de asistencia al conductor basados en visión por computador. Intel la compró por 15.000 millones de dólares. Ahora cuenta con casi 4.000 empleados, todos de alta calificación, trabajando en conducción autónoma.
  • Tras Mobileye, los mismos emprendedores fundaron ORCAM, que fabrica un dispositivo que da información en formato audio sobre el entorno a gente ciega. Orcam también es Deep Tech.
  • La pareja de perfiles Shashua – Aviram se reproduce en multitud de empresas tecnológicas. Este tipo de tándem, en el ecosistema de Barcelona, ​​es el que ha hecho crecer a Fractus, la Deep Tech que surgió de una tesis doctoral. La tecnología de antenas fractales se ha incorporado a billones de dispositivos en todo el mundo. Sus promotores, Carlos Puente y Rubén Bonet, son un duplicado del dúo que acabo de describir.
  • Otro ejemplo, también en Barcelona, Inbrain Neuroelectronics, es una spinoff del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología, que trabaja un tema muy poco tratado: Desarrollan implantes e interfases neuroelectrónicas (basadas en grafeno) para enfermedades del cerebro.
  • Otro caso: Oxford Nanopore. El investigador Hagan Bayley investigaba por curiosidad los poros de las proteínas. Era Ciencia muy básica. Pero en un momento determinado vio potencial a su conocimiento y creó una empresa que se ha convertido en líder mundial en secuenciación. Tiene su sede en el parque científico de la Universidad de Oxford y en 2019 inauguró una fábrica en la zona. Así pues, la Ciencia también crea fábricas. Debemos tenerlo en cuenta ahora que en Europa hablamos de reindustrialización.
  • Por supuesto, Oxford Nanopore es solo una de las muchas Deep Tech que ha creado la Universidad de Oxford.
  • Pero quiero remarcar un caso de hace 50 años, una de las primeras Deep Tech tal como las conocemos hoy. Se trata de Genentech, surgida de la Universidad de Stanford y de California en 1976. Stanley Cohen y Herbert Boyer inventaron unas “tijeras” (biológicas) para cortar y unir de nuevo pequeños segmentos de ADN. Su invento supuso el inicio de la biotecnología y la modificación genética. Boyer, junto con un inversor, crearon Genentech, la primera empresa biotecnológica del mundo, que al poco tiempo desarrolló la primera insulina humana.

Ciencia pública, basada en la curiosidad, pero que se convierte en empresa y en productos y servicios para las personas. Eso es Deep Tech.

¿Qué no son empresas Deep tech?

Los dabbawalas por ejemplo. Ellos son porteadores. Cada mañana, en Bombay, unos 5.000 mil de esos Dabbawalas aseguran que la comida llegue, en unas pequeñas cestas llamadas Dabbas, a unas 200.000 personas en la ciudad. El negocio lleva funcionando 125 años. Están orgullosamente certificados Six Sigma y el caso ha sido estudiado por la Universidad de Harvard. Sólo tienen … ¡un error cada 6 millones de envíos! Son unos cracks. Pero…. no son Deep Tech. Actualmente, copiando modelos que están aquí desde hace décadas, vemos startups (de economía de plataforma o colaborativa, por ejemplo) que, inyectadas de grandes sumas de capital y tensando las costuras de la legislación laboral y de la competencia, rompen sectores tradicionales. Suponen una disrupción y por tanto destrucción. Pero no es creativa. Es destrucción destructiva.

Características de las empresas deep tech

  • Las empresas Deep Tech contienen y se basan en múltiples talentos trabajando juntos para solucionar un problema: científicos, ingenieros, emprendedores.
  • Se orientan pues al reto. No parten de una tecnología que busca un mercado. Su motivación (inicial) es el impacto. Tienen una connotación de “Misión”
  • Cuestionan los enfoques existentes para tratar el problema.
  • Los fundadores pueden ser tildados de ingenuos. Pero este rasgo es una virtud, no un defecto. Esto es lo que decía Daniel Wiegand, fundador de Lilium, que pretende reinventar la aviación.
  • De hecho, van más allá: Quieren prestar un servicio a la humanidad.
    • Y quieren hacerlo con la ayuda de tecnologías complejas que hoy todavía están en el laboratorio.
    • Y que aún van a necesitar mucha I+D antes de llegar a convertirse en aplicación práctica.
    • Y también tiempo. Aunque es diferente en cada caso, siempre es mayor que el requerido por tecnologías actualmente disponibles.
  • El desarrollo tecnológico de una Deep Tech es complejo y suele estar basado en la investigación científica, aspecto que se concreta de diversas maneras:
    • Los fundadores son científicos,
    • existe un proceso de transferencia de tecnología
    • la startup establece colaboraciones con universidades y centros de investigación,
    • el talento que trabaja en la empresa es de perfil científico y tecnológico
    • la empresa se ubica en algún parque científico y tecnológico,
    • hay muchos doctores trabajando en la compañía,
  • No se fundan por tanto en un garaje
  • Moderna o Biontech, con las vacunas, son ejemplos, También NovaGray, una startup biomédica fundada en Montpellier en 2015, que trabaja una personalización de la radioterapia en el tratamiento del cáncer. Pese a que la compañía se ha constituido hace poco, uno de los fundadores trabaja en este tema desde 1995 en el Instituto del Cáncer de Montpellier.
  • En esas empresas, las pruebas de concepto y prototipos son herramientas básicas. Pero son prototipos caros.
  • Por todas estas cuestiones, son empresas muy intensivas en capital. Moderna ha levantado 5.000 millones desde su fundación.
  • Pero las empresas pueden disminuir la necesidad de dinero trabajando estos riesgos tecnológicos y de mercado con metodologías tipo Lean y asegurando que la startup se centra en el problema a solucionar.
  • Son pues esenciales las ayudas que permiten avanzar en las etapas iniciales, construyendo los primeros prototipos.
  • Operan en campos donde convergen diversas tecnologías. La mayor parte de las empresas Deep Tech utilizan al menos dos tecnologías.
  • A menudo, desarrollan tecnologías totalmente nuevas para resolver el problema. Pero otras veces encuentran nuevas aplicaciones a tecnologías existentes.
  • En todos los casos, patentan. Y tienen estrategias de propiedad intelectual e industrial orientadas a crear barreras de entrada a la competencia.
  • Crean también barreras de entrada por la propia complejidad de las tecnologías que desarrollan, que son muy difíciles de reproducir.
  • Tienen productos físicos, más que software. Un alto porcentaje manifiesta fabricar. No son empresas de bits. Son de bits y átomos. Llevan todo el potencial del mundo digital al mundo físico.
  • Suelen ser negocios B2B, más que B2C
  • Son empresas que crean nuevos mercados y que introducen disrupción en los sectores existentes.
  • Mezclan discurso, trabajo y enfoque a dos niveles: un discurso a gran escala y futurista por un lado y un enfoque y trabajo práctico y pragmático por otro
  • Son el centro de un ecosistema Deep Tech, donde están también las universidades y los centros de investigación, con los que tienen relación
  • Operan en el llamado Cuadrado de Pasteur, que supone combinar la comprensión fundamental con consideraciones de uso práctico

Se pueden encontrar en ámbitos como la biotecnología y la inteligencia artificial, la investigación en materiales avanzados, la nanotecnología, los drones, la robótica, el blockchain, la impresión 3D, los reactores de fusión y los ordenadores cuánticos.

Las empresas Deep Tech clusterizan en el territorio y aportan riqueza económica y social.

Vemos algunos ejemplos.

  • El caso más evidente: Silicon Valley. La Universidad de Stanford es la semilla y centro de esa zona. Desde que se fundó en 1891 ha creado unas 50.000 empresas. Algunas son Cisco, Dolby, eBay, Google, Instagram, LinkedIn, Netflix o Yahoo.
  • En la otra costa americana, el efecto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha sido similar. Se han creado miles y miles de empresas desde la investigación hecha en el MIT i en Harvard.
  • Otro ejemplo: Technion en Haifa. Israel es el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y China, en número de empresas cotizando en el mercado bursátil NASDAQ. Tiene en esta bolsa 135 empresas activas. La mitad de ellas han sido creadas por investigadores y estudiantes de Technion.
  • La Universidad crea empresas y este proceso convierte la Ciencia en Tecnología y la liga al territorio. Es la forma en que se promueve el desarrollo económico en el siglo XXI. La mejor manera de entender esto es viendo lo ocurrido en Cambridge, en Reino Unido. Allí, se ha usado el término Fenómeno Cambridge para describir el hecho de que, en 1978, en la zona que rodea a la Universidad de Cambridge, sólo había unas 25 empresas basadas en la ciencia y la tecnología. Ahora son unas 5.000. Esa Ciencia que se convierte en tecnología ha atraído a las grandes empresas mundiales, que quieren tener una sede en ese gran clúster.
  • Veamos el caso de Montreal, la capital mundial del Deep Learning. En los 80, ese señor, cuando le tocó realizar la tesis, decidió hacerla en un ámbito de frontera: el deep learning. Luego se convirtió en investigador, creó un grupo, le hizo crecer, lo convirtió en un Instituto y su gente (y él mismo) empezaron a crear startups. Aquella aglomeración de actividad ha convertido a la ciudad en el centro del mundo en este ámbito y en los últimos 7 u 8 años todas las grandes corporaciones han abierto allí centros de investigación, para colaborar con esa concentración.

Las corporaciones se mueven por el planeta.

Dado que el planeta ha multiplicado el número de lugares interesantes donde se realiza I+D, innovación y tecnología, las corporaciones han empezado a esparcir centros, situados en estos lugares activos. Fijaros en el caso de General Electric, la empresa que inventó los departamentos de I+D empresariales. Durante 100 años tuvo una sola sede (esta de la foto), en el mismo lugar donde en 1900 puso su gran laboratorio Pero en los primeros 12 de este siglo abrió centros en Bangalore, China, Múnich, Detroit, Río de Janeiro, California e Israel. Una explosión de centros de I+D en todo el planeta en el siglo XXI frente a una total centralización del siglo XX.

Para sacar jugo a esas colaboraciones internacionales, todas las empresas algo grandes, además del departamento de I+D, tienen una unidad de Corporate Venturing así como sus fondos de inversión.

Y así es como se definen los nuevos mapas del mundo. Ésta es la nueva geografía, la de la Ciencia y la Tecnología (que no va tanto países y regiones como de ciudades). Antoine Petit, presidente del CNRS francés, decía que el pipeline de la innovación está alimentado por la investigación fundamental. Pero remarcaba que no es sólo cuestión de investigación. Son necesarias iniciativas que hagan evolucionar la investigación hacia el mercado. La transferencia de tecnología es pues muy importante.

La transferencia debe ser distinta

PERO AHORA ES DISTINTA. La transferencia de tecnología está mutando. Las universidades evolucionan sus oficinas de licencia de patentes, ese modelo lineal en el que los técnicos de valorización esperan las notificaciones de invenciones de los investigadores de la institución.

Deep Science Ventures (DSV) es un ejemplo de estas nuevas formas de hacer. Ellos aplican un nuevo método de creación de empresas científicas. Ponen, desde el primer día, la oportunidad en el centro de todo. Desde la oportunidad o reto, buscan conocimiento, talento y capital y construyen las empresas.

FedTech es otro caso que sugiere el camino futuro a aceleradoras y unidades de transferencia de tecnología. Sus fundadores vieron un espacio entre la investigación de frontera y el emprendimiento y situaron los Startup Studios para cubrir el gap. Los aplican a diversas entidades investigadoras. Por ejemplo, en la NASA.

Emparejan tecnologías desarrolladas por investigadores de esta Agencia americana con talento técnico que quiera crear empresas basadas en estas tecnologías.

Ampliar el público objetivo, incluyendo a los estudiantes, es otra de las tendencias

Veamos algunos casos de programas que lo hacen. Conception X crea startups Deep Tech a partir de tesis doctorales. Fue impulsado desde el University College London en 2018 pero ahora apoya a todas las universidades del Reino Unido.

En la misma línea, Technion de Israel y la Universidad Cornell de Nueva York tienen el Programa Postdoctoral Runway Startup. Son tres cosas en una: escuela de gestión, investigación e incubación.

The Creative Destruction Lab (CDL) fue fundado en 2012 en la Universidad de Toronto. Pero ya se ha extendido a otras varias universidades, de Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

El programa Endless Frontier Labs (EFL) de la Universidad de Nueva York está abierto a emprendedores de todo el mundo y ofrece mentoría, acceso a inversores y corporaciones y acompañamiento por parte del equipo del programa. El programa relaciona también a los emprendedores con científicos.

En la misma línea opera The Engine Acelerator del MIT. Involucra a científicos y laboratorios del MIT y de otras instituciones investigadoras para apoyar a los emprendedores y a las startups

Los Alamos National Laboratory tiene un programa de dos años dirigido a emprendedores en ciencia o tecnología avanzadas. Los empareja con los laboratorios de la institución y los relaciona con capital riesgo, mentores y clientes.

Duality es la aceleradora especializada en cuántica de la Universidad de Chicago. A cada una de las startups aceleradas les ofrecen 50.000 dólares, formación en la University of Chicago Booth School of Business y espacios. Pero también mentoría por parte de más de 50 expertos, apoyo científico y tecnológico, conexión con la industria y con el hub de cuántica de Chicago.

¿Universidades con sólo una oficina de transferencia?  

La Deep Tech en las universidades no es una cuestión de una sola oficina. Todo el campus universitario debe respirar innovación, tecnología y emprendimiento. En Boston, el campus del MIT no es un campus de aulas. Es una zona de innovación. El MIT no sólo posee la tradicional oficina de transferencia de tecnología para convertir ciencia en tecnología. Tiene un montón -hasta un centenar- de otros programas, orientados a profesores y estudiantes.

Los mismo ocurre en Imperial College: no sólo tiene su estructura de transferencia de tecnología y su fondo de inversión. Como todas las grandes universidades emprendedoras tiene un montón de unidades internas que apoyan el emprendimiento. Su White City innovation campus dentro del barrio White City de Londres es un ecosistema en el que conviven investigadores, grandes corporaciones, estudiantes, startups y spinoffs y otros agentes. En él hay diversas iniciativas que promueven la innovación y el emprendimiento.

Así pues, no sólo muta la transferencia tecnología. Las universidades están cambiando en su conjunto, holísticamente, para asumir sus nuevas funciones. Son promotoras de la conversión de conocimiento en aplicación práctica.

Y con un nuevo espíritu, con un cambio de actitud

En 2005, Andrew Lynn creó una empresa en Cambridge (Orthomimetics) basada en su tesis doctoral. Lo hizo junto con otros investigadores y estudiantes de Cambridge y MIT. Necesitó 18 meses para conseguir que la Universidad completara los trámites de protección de la propiedad intelectual de su invención.

Ocho años más tarde, Andrew Lynn cofundó otra: Fluidic Analytics. En esta ocasión, Cambridge Enterprise sólo necesitó 3 semanas para formalizar las patentes necesarias que debían sustentar la empresa.

Las cosas son ahora distintas. Se requiere una actitud distinta por parte de las instituciones.

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