CARBON: Uno de los 3 unicornios del 3D

Este post ha sido escrito por Armand Jordana Garcia, en el marco del Máster oficial de Creación y Gestión de Empresas Innovadoras y de Base Tecnológica de la Universidad de Barcelona (curso 2018-2019).

Carbon3D es una startup tecnológica que trabaja en la intersección de hardware, software y ciencia molecular para ejecutar diseños de impresión 3D. Carbon3D fue fundada en diciembre de 2013 por Joseph y Philip DeSimone y tiene su sede en Sillicon Valley.

Su tecnología es doble: la tecnología Digital Light Synthesis™ y la tecnología de proceso Carbon’s proprietary CLIP™. Se basan en uso de (textualmente) “proyección de luz digital, óptica permeable al oxígeno y resinas líquidas programables para producir piezas con excelentes propiedades mecánicas, resolución y acabado de superficie”. CLIP es un proceso fotoquímico que elimina las deficiencias de la impresión 3D convencional para producir objetos rápidamente hechos de resina.

El mercado de Carbon va desde productos como calzado deportivo y electrónica de consumo, hasta componentes industriales y dispositivos médicos altamente personalizables. La tecnología de la startup californiana permite desarrollar el proceso entero de producción, desde el diseño hasta su fabricación. La empresa ofrece tres cosas a sus clientes: las máquinas, los materiales y el software de control.

La disrupción tecnológica que ha aportado Carbon en un sector que ya es disruptivo en esencia (la impresión 3D), le ha permitido entrar en el selecto club de los Unicornios. Al club se le puede denominar selecto, ya que para entrar requiere que una startup sea valorada en 1 billón de dólares americanos. Hace poco más de 5 años, cuando el termino Unicornio (startup que sobrepasa el billón de dólares de valoración) empezó a ser común en el mundo tech, habían poco más de 40 miembros en el club. En la actualidad, según la base de datos especializada en startups Crunchbase el número se acerca a 400 unicornios repartidos por todo el mundo.

Carbon3D, forma además parte de un club aún más exclusivo de solo tres miembros: Unicornios basados en tecnología de impresión 3D. Se trata de:

  • Carbon3D, de Silicon Valley
  • Desktop Metal, procedente de la costa este de los EE.UU, del ecosistema de Boston y
  • Formlab, la última incorporación, también en la zona de Boston

Carbon3D también puede presumir de haber ingresado en el club con mucho menos tiempo que sus competidoras después de su tercera ronda de inversión (Series C) en 2015. Carbon ha aumentado su recolecta de capital en la última de sus rondas (Series D) con un importe de más de 200 millones de dólares. Este dato la convierte en la startup del sector de impresión 3D que más dinero ha levantado en sus rondas, con un total de 422 millones de dólares, al cabo de solo cinco años desde su fundación en 2013.

Antes de entrar en el detalle y conocer los pasos que han llevado a Carbon3D a convertirse en un unicornio, es interesante conocer que tienen en común las tres empresas antes descritas además de compartir sector: la empresa General Electric (GE). La multinacional General Electric ha llevado a cabo desde su área de inversiones gastos de billones de dólares en adquisiciones de empresas que operan en la manufacturación de materiales para la impresión 3D de objetos metálicos. GE ha participado en las dos últimas rondas de Carbon3D y Desktop Metal y su presencia en el sector es indiscutible.

Camino hacia el billón

La historia del rápido ascenso que ha tenido Carbon 3D en el sector y la facilidad con la que ha encontrado inversores dispuestos a dejar millones en cada ronda que ha realizado se explica por la rapidez con la que las impresoras de Carbon son capaces de producir. Sin lugar a dudas, la disrupción, o el secreto, que ha llevado a la compañía al éxito es la velocidad a la que puede producir. Su tecnología CLIP es diez veces más rápida que los otros métodos de fabricación gracias a su sistema de láseres ultravioleta para dibujar y curar las piezas en varios materiales.

El sistema permite imprimir de manera continua, mejorando la rapidez de producción y permitiendo trabajar con enormes economías de escala. De esta tecnología está dotada su producto estrella: la Carbon M1. La Carbon M1 es una impresora 3D que permite producir piezas a escala con precisión milimétrica a gran velocidad y la compañía monetiza a través de contratos de leasing anuales de la impresora con empresas como BMW o Ford. Por lo tanto, cuantas más Carbon M1 tenga en sus activos la compañía, más leasings podrá realizar. Y para producir M1’s se necesita dinero, es decir financiación.

Con este claro mensaje en mente, y con la patente de la tecnología en propiedad pero aun sin ningún producto físico que vender, Carbon concretó en 2014 su primera ronda de inversión (Serie A) en la que levantó 11 millones de dólares. Fue al cabo de solo 5 meses más tarde, cuando debido a la gran demanda de inversores, Carbon levantó 30 millones más en una segunda ronda de inversión de Capital Ventures (Series B) con los que consiguió 213 millones de valoración. Las expectativas estaban claras.

Es de destacar la habilidad que mostró su CEO y Co-fundador, Joseph DeSimone, en aprovechar un gran escenario como es TED Talks para vender y promocionar la empresa. La presentación magistral “Y si las impresoras 3D fueran 100 veces más rápidas?”, marcó un antes y un después en la visibilidad de la empresa a nivel mundial y es un claro ejemplo de cómo aprovechar las oportunidades. Durante el mismo año 2015 y a posteriori de la presentación TED, la empresa firmó contratos con la Ford Motor Company, Autodesk y Delphi Automative para tener acceso a los primeros programas de impresión.

El 15 de septiembre de 2016 y con la impresora Carbon M1 ya preparada, la startup hizo su tercera ronda de inversión (Serie C) y fue con la que consiguió la denominación de unicornio. La ronda, en la que consiguió levantar más de 100 millones de dólares, fue liderada por Google Ventures, además de incluir la presencia de inversores como Northgate Capital, Sequoia Capital y Silver Lake Kraftwerk. Un mes antes, en agosto, la compañía había sido nombrada Pionera en Tecnología por el Foro Económico Mundial.

Carbon 3D cerró el mismo año con el anunció de colaboración con la multinacional Johnson & Johnson para crear aparatos de cirugía y con Kodak para producir materiales. A continuación, en 2017, la alemana BMW y GE Ventures entraron a participar en la empresa, al mismo tiempo que firmaba acuerdos con Nikon y JSR para que le facilitaran la entrada al mercado japonés.

Para terminar de redondear su meteórica carrera, el 9 de febrero de 2018, realizó la cuarta, y última hasta la fecha, ronda de inversión (Serie D) en la que levantó más de 200 millones. Esta vez, su principal inversor fue la marca de ropa y calzado deportivo Adidas y la ronda la puso a 1,78 billones de dólares de valoración. Nuevos inversores como Baillie Gifford, Archina Capital y Fidelity Managment entraron a formar parte de la compañía, al mismo tiempo que “viejos” inversores como Sequoia Capital aumentaron sus participaciones.

Carbon 3D, startup conocida por su ultra-velocidad en producir y por los materiales con los que trabaja, ya cuenta con más de 250 empleados y su ascenso hasta el momento ha sido imparable, marcado por la facilidad de convencer a inversores y de generar expectativas. El tiempo dirá si las expectativas son correspondidas con solidez de negocio, pero por el momento hay que seguir de cerca esta startup de 5 años de vida.

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