Un ecosistema Deep Tech

Se habla mucho de la evolución exponencial de la tecnología. ¿Qué es lo que lleva a esa espiral? Hay muchos factores que la motivan. Cito algunos.

  • La propia naturaleza del conocimiento y de la tecnología, que es el factor más importante. La tecnología -como el conocimiento- son acumulativos. Lo que hoy sabemos y podemos hacer depende de lo que hicimos en el pasado. Y en el futuro, como consecuencia de lo que hacemos ahora, nuestras posibilidades serán muchas más.
  • Aumenta también enormemente la cantidad de personas que se dedican al conocimiento y a la tecnología. Se dice que de todos los científicos que nunca han existido más del 80% siguen vivos. Un dato como este plasma la brutal capacidad que hoy tiene la humanidad para dar solución a sus retos y problemas. No debe extrañar que en menos de un año hayamos sido capaces de desarrollar decenas de vacunas para la amenaza del coronavirus.
  • Un tercer factor que alimenta el crecimiento exponencial de la tecnología es que aplicamos nueva y sofisticada tecnología a la creación de la tecnología misma.
  • Otro elemento más, del cual hoy aún no intuimos del todo sus efectos, es la absoluta conexión planetaria, que hace que el conocimiento y los desarrollos de cualquier persona, entidad o empresa estén inmediatamente disponibles para otros creadores. Por supuesto, Internet ha sido clave en este aspecto.
  • El último factor al cual quiero referirme aquí es el cambio de cultura, métodos y sistemáticas en determinados ámbitos de nuestra sociedad. Por ejemplo, en nuestras universidades y centros de investigación. En todo el mundo, esas entidades se están convirtiendo en generadores sistemáticos de soluciones para nuestros retos y problemas.

Veamos un caso concreto del ese último grupo de factores a los que acabo de referirme. Techcrunch publicaba esta semana una noticia sobre los planes de un joven de la Universidad de Bristol, Harry Destecroix, para construir un ecosistema Deep Tech en la ciudad.

Tony Davis y Harry Destecroix

Os dibujo el contexto. A principios de esta década que ahora termina, Harry se integró como doctorando en el Davis Research Group de esa Universidad, liderado por el profesor Tony Davis. Como ocurre en todos los grupos de investigación, los doctorandos que llegan al grupo profundizan en alguna de las líneas de investigación. Así, Harry y su tutor -el mismo profesor Davis- se dedicaron al tema de la construcción o unión de carbohidratos desde agua, proceso difícil incluso para las proteínas -como las lectinas- que unen los carbohidratos de manera natural. El diseño de “lectinas sintéticas” era un reto. Profesor y alumno avanzaron en ese campo y en 2014 fundaron una empresa para explotar lo que habían logrado en cuanto a reconocimiento y detección de carbohidratos. Habían diseñado un conjunto de “interruptores de azúcar” moleculares que detectan la cantidad de glucosa presente en las soluciones.

Ziylo (así se llamó la spinoff) desarrolló una plataforma tecnológica que se intuyó clave para una próxima generación de insulina, capaz de reaccionar y adaptarse a los niveles de glucosa en la sangre, eliminando así el riesgo de hipoglucemia. El objetivo es un mejor control metabólico para las personas que viven con la enfermedad. Su conocimiento y sus avances podían por tanto llevar a la primera insulina sensible a la glucosa del mundo y transformar el tratamiento de la diabetes. En 2018, sólo cuatro años después de la creación de la empresa, la gran farmacéutica danesa Novo Nordisk (tiene unos 44.000 empleados) adquirió Ziylo por unos 800 millones de dólares.

Ahora, Harry Destecroix se ha planteado un nuevo reto. Teniendo en cuenta los problemas que afrontó en la ciudad cuando creó su empresa (por ejemplo, no encontraba espacios de I+D), ha decidido convertir Bristol en un lugar en el que la gente joven que pasa por la universidad pueda crear fácilmente empresas científicas y tecnológicas. Ha puesto en marcha Science Creates, para generar un ecosistema Deep Tech. Lo resume como la Ciencia detrás de la Tecnología.

Science Creates incluye tres iniciativas:

  • La primera (asumida junto con la Universidad de Bristol y Research England), es una incubadora de proyectos de I+D, que proporciona espacios de laboratorio. Incluye ya a 37 empresas y tiene capacidad para 100.
  • La segunda es un fondo de inversión, para invertir en etapas muy tempranas de startups Deep Tech.
  • Finalmente, la tercera es una red de mentores científicos y tecnológicos.

La Ciencia -convertida en Tecnología- es hoy uno de los más importantes factores de dinamización económica y de construcción de soluciones a nuestros retos.

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