Transferencia de tecnología: ¿Qué falla?

Libroinnovacion.com ha preparado un debate sobre Transferencia de Tecnología para el próximo jueves en el que tendré el placer de participar. Aquí tenéis el enlace al evento.

https://www.eventbrite.es/e/entradas-debate-online-transferencia-tecnologica-que-falla-156049493235

Os avanzo algo de lo que yo diré. Me referiré a la dimensión del sistema de Ciencia, como elemento esencial para transferir tecnología. Mencionaré que algunas universidades con las que a veces comparamos nuestro sistema tienen unos presupuestos desorbitados. Por ejemplo, la de Stanford, una universidad que acoge a 15.000 estudiantes y que tiene un presupuesto anual (año académico 2020-21) de 6.600 millones de dólares. El presupuesto de investigación para ese mismo ejercicio es de 1.930 millones de dólares, que sustentan 7.700 proyectos de investigación. La Universidad china de Tsinghua acoge a 53.000 estudiantes y en 2019 tenía un presupuesto de 29.700 millones de yuanes, unos 4.600 millones de dólares. En el Reino Unido, la Universidad de Cambridge tenía en 2019 un presupuesto de 2.192 millones de libras, unos 3.100 millones de dólares, de los cuáles unos 850 correspondían a proyectos y contratos de investigación. Cambridge tiene 24.450 estudiantes y 11.529 miembros de staff.

El último informe de la Red OTRI de universidades españolas indica que en 2018 las esas universidades españolas tenían un presupuesto total de 18.890 millones de euros y 1.300.000 estudiantes. El 34% del presupuesto, es decir 3.668 millones de euros, se dedicó a investigación. La financiación no es el único aspecto por considerar. Pero es relevante: 75 universidades españolas dedican a la I+D en su conjunto un poco más del doble que una única universidad americana, la de Stanford. Quién no invierte en I+D, no puede transferir tecnología. Eso lo subrayaré.

Por otra parte, analizaré la eficiencia en la transferencia de tecnología. Acudiré para ello, como referencia, a la AUTM, la mayor asociación de transferencia de tecnología del mundo. La forman 3.000 personas que pertenecen a 800 investigadoras: universidades, hospitales investigadores, centros de investigación. La AUTM habla del ciclo de vida de la transferencia de tecnología y lo representan (para cada ejercicio y para el conjunto de esas 800 instituciones) con un gráfico de este tipo (en este caso corresponde a 2019).

El ciclo empieza, en la parte alta de la circunferencia, por el dinero invertido en investigación, sigue con las notificaciones de invención (las famosas disclosures), las cuáles son evaluadas por las oficinas de transferencia de tecnología y algunas de ellas se convierten en patentes. Por supuesto, no son todas, por diversos motivos: puede verse que la invención no tiene valor comercial, o que ya ha sido inventada antes, o que no es protegible en forma de patente, etc.

A continuación, el ciclo pasa por la comercialización, que se concreta en contratos de licencia de esas patentes. Al igual que antes, no todas las patentes son licenciadas. El ciclo culmina con nuevos productos desarrollados y con empresas creadas. Como digo, es un ciclo en el que en cada uno de los pasos se pierden opciones. Se puede ver como un triángulo invertido, que mide la eficiencia del ciclo de la transferencia de tecnología: invenciones que se generan por dinero invertido, cuantas invenciones derivan en patentes, cuantas patentes se licencian, qué retorno proporcionan esas licencias.

Ese ciclo de la AUTM proporciona los datos siguientes:

  • Se genera una invención por cada 3 millones de dólares invertidos en investigación
  • Una patente por cada 4,8 millones invertidos en investigación (más de la mitad de las invenciones se convierte en patente)
  • Un contrato de licencia por cada 8 millones
  • Una spinoff por cada 74 millones.

Os mostraré que la eficiencia de las 74 universidades españolas es la siguiente:

  • Una invención por cada 3,6 millones de dólares invertidos en I+D
  • Una patente por cada 6,8 millones de dólares
  • Un contrato de licencia de patente por 27 millones de dólares
  • Un contrato de licencia (incluyendo software, materiales, patentes, bases de datos y know-how) por cada 12 millones de dólares
  • Una spinoff por cada 40 millones de dólares

Conclusiones que sacamos comparando las universidades españolas con las mejores instituciones investigadoras del mundo:

  • Generamos aproximadamente las mismas invenciones que la AUTM (de forma relativa, considerando el dinero invertido en investigación). Hay que asumir con ello que el sistema investigador universitario español no puede aumentar las notificaciones de invención a menos que se incremente la inversión en I+D
  • Este sistema podría ser más activo convirtiendo las invenciones en patentes
  • Las universidades españolas están a una cierta distancia de las mejores del mundo en cuanto a la conversión de sus patentes en contratos de licencia. Es un punto débil del ciclo de la transferencia de tecnología del sistema universitario español.
  • Por el contrario, este sistema universitario es muy activo y eficiente (mucho más que las mejores universidades del mundo) creando spinoffs. Además, esa gran actividad acentúa todavía más la debilidad anterior, ya que cada spinoff suele comportar un contrato de licencia. 

Trataremos estos temas en esa sesión del próximo jueves.

Allí nos vemos

 

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